Poesía, poetas y poéticas

Porque la poesía, como la Diosa, desde el misterio adviene y al misterio va...








sábado, 11 de abril de 2009

Mónica Zempoalteca

Para Mónica, joven poeta perteneciente a la generación de los 80s, aunque una especie de rara avis en el vértigo y el caos que signa a su generación, la nostalgia y la celebración de la vida son una misma estancia. Su poesía es un discurso que, a la vez que celebra el milagro de la naturaleza y del baile como representación de la experiencia vital, abre una casi invisible en búsqueda de un espacio de silencio. Vida, epifanía, pero a la vez, treno, crean lo que ella misma llama “una pasión contenida”. Ésa es la magia de Zempoalteca: pasión por el milagro, por la vitalidad, por el mundo, pero contención porque sabe que hay un misterio profundo que habita las cosas y que no ha sido descubierto. Siendo éste su primer taller de poesía, sorprende la capacidad metafórica y de creación de imágenes, y la asimilación de las poéticas de los autores estudiados. De formación autodidacta, ella misma se confiesa ávida lectora, sus poetas y autores predilectos son pasionarios, que “escriben con sangre” y parten de la experiencia vital como Baudellaire, Rimbaud, William Blake, Nietzsche, Bataille, Jim Morrison, Efraín Huerta, Nicolas Guillén, Octavio Paz y Cora Coralina.
Texto: C.P. Video: Yossadara Guzmán

Reminiscencia

Un portal
oculto.
Al tiempo le faltan lugares por descubrir.

Me quedan algunas piezas. Sólo destellos fragmentados.
El follaje en la altura. Filtro. Refulgencia solar.

Fronda.
Donde los verdes son recatados,
se cubren con aterciopelada discreción.

Palpita en mí esta verdad animal.
Sé de un bosque donde nunca enferma el silencio.
No existe el lenguaje.
En su lugar está, la paz húmeda que lo cubre todo.

Se precipita el viento entre arborescentes caricias,
avivando crujiente alboroto en la hojarasca de fuego.

Colosales piedras albinas duermen junto al río.
Están hechas de silencios antiguos.
En herméticos sueños celebran, solemnes, la ligereza del polvo cósmico.

Pesadez áspera de un lento baile.

Credo

Al sur de mi corazón: el tango.

Creo en la precisión de mis tacones dibujando garabatos.
Creo en los brazos de un hombre que ha comprendido el secreto del tango.
Creo en el destello fugaz de las miradas.
Creo en la pulcra belleza de la técnica.
Creo en el vértigo de una milonga bailada con pasión contenida.

Tango,
en tu cuerpo habita una nostalgia nocturna.
La más altiva.

Invierno


Todos los grises habitan dentro de ti.

Mis dedos entumecidos buscan a tientas.
En vano intentan atrapar
a un sigiloso gris, suave, casi invisible.


Es descaradamente fresca la libertad.

Libertad que penetra con sus aires de infinito desierto gélido.


Los humanos son rubíes palpitando entre la nieve.


¿Por qué no puedo evitar quebrar la escarcha?
Hipnótico arrebato.
Pequeño y secreto éxtasis frente a cascadas de fracturas cristalinas .


El hielo más puro es blanco.
Tan blanco que azulea.

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