Poesía, poetas y poéticas

Porque la poesía, como la Diosa, desde el misterio adviene y al misterio va...








viernes, 10 de abril de 2009

Yossadara Guzmán















i. Cuerpos

Cuerpos entumidos, embrutecido, carcomidos
Refuerzan entre ellos el insaciable conocimiento del vacío
Aquella pequeña cicatriz que no desaparece
Ayuda a seguir viviendo
A seguir exagerando
A seguir buscando en el aire.
Permanezcamos juntos como conejillos asustados
Refresquemos con alcohol todos nuestros momentos
Comuniquemos con caricias torpes nuestro cariño
Expresemos con movimientos violentos nuestra carencia

En medio de la brevedad me reconozco
En aquellos buenos momentos me escondo
Ellos me hacen sentir cosas
Me hacen recordar cosas fulminantes
Y sin embargo permanezco
Con todo y el descontento visceral
Permanezco
Trato de huir, de escapar
Pero no hay donde
Por eso
Permanezco.


ii. Fresas rasgadas

Hoy, como todas las noches
Se esparcen por la tierra
Las gotas de luna
Esfumadas por la bravura
de todas las miradas rosas y vagabundas que comparten su maravilloso color
Y su lenguaje amorfo pero contundente
Y sus chasquidos seguros pero inocentes
Y sus vivencias dramáticas pero delirantes
Fue tan efímero el sentimiento
Tan cansado
Tan apático.
Y habla de nuevo ¡comenta de nuevo!
Ya no sale más voz
No más compartir
Las manos enclaustradas y carcomidas por la inmensa noche de los colores esfumados se han callado para siempre
El proceso de reacomodo virtual se enciende pálidamente
Deseando una voz intensa que conmueva y prenda la imagen agotada de los ojos verdosos y sedados por la desidia
Ya no hay mas fresa ni más color ni más gracia, todo se extinguió al igual que el largo camino que se recorre con los pies ahongados y retorcidos antes de prender la última vela que fluye en energía palpitante pero moribunda
Los últimos deseos se congelan
y las últimas caricias con besos de sabores se ahogan hasta el fondo
¿Recordarás alguna vez?
Como un árbol que vive eternamente mostrando su firmeza ahogada por la imposibilidad de alma
Se esconden todas las llamas arqueadas y distanciadas de las personas hechas paleta lamible y disfrutable pero totalmente desechables
Ya no deseas, ya no sientes y eso te da un momento más de vida
Disfrutas contemplar los ojerosos despertares de las mínimas personas que resplandecen y se apagan con la velocidad de la nada
Y piensas que ya todo esta dicho… que fuerte es la carga de la mañana
Que fuerte es la carga del adiós


iii. El voraz apetito de la noche

Se acerca sigilosa, coqueta…sincera…
Pero el mundo sabe q no es verdad.
Entonces el rosa como las canicas rueda por la gran escalera sal
Cae estrepitosamente acompañado de pequeñas gotas de sudor
Inflamado de lluvia y espesa vibra radiante.
Susurra pequeños nombres de inmensas personas,
Como lidiar con la abrumadora presencia de los rojizos y ansiosos ojos rojos
Merodean a la gente linda que solo desea vivir
Cerca del pesado y extraño mundo pecaminoso y ruidoso
Que zangolotea a su antojo a todo el que lo toca y lo consume sin que se sienta.
Ella, seduce a la noche eterna,
La convierte en aquella nube hermosa
Repleta de bombones azucarados
Con ese extraño sabor a pecados deliciosos,
A canciones tan revolcadas como esos instantes pausados .
El pasado es amiga de la noche,
Ella lo sabe
Por eso se recarga en esa gran ventana azul
la mira sin descanso,
Pisadas escurridizas son las que acompañan los sueños paranoicos de su mirada feliz y radiante.
No hay un momento de descanso
Ni siquiera para aspirar la seductora presencia del olor
Infeliz y caprichoso de los ositos revoltosos y grisáceos
Que juguetean eternamente en las montañas gigantes llenas de nieve.
Caprichosa, la infame noche carcome despacio su flameada piel blanca,
Raspando con sutileza las pocas pecas esparcidas,
Derramando con elegancia la sangre impregnada del alcohol de los grandes y frívolos momentos
Vividos en esas largas y muy oscuras noches citadinas.
Pesados deseos oscurecen el trágico sentimiento…. ¡ha llegado!!!

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