Poesía, poetas y poéticas

Porque la poesía, como la Diosa, desde el misterio adviene y al misterio va...








martes, 28 de diciembre de 2010

Casa en el bosque en Luvina Castellana

Dirigida por la excelente poeta Silvia Eugenia Castillero, este número reciente de Luvina, revista literaria de la Universidad de Guadalajara, dedicada a Castilla y León, región que fuera invitada de honor a la reciente Feria Internacional del Libro de Guadalajara, se incluye discreta y generosamente, por otro lado, entre la fulgurante selección de poesía y narrativa de Castilla León, un poema de mi autoría.

Se trata de Casa en el bosque (Illud tempus), incluido en el volumen de próxima aparición, Liber Scivias, Premio Internacional de Poesía Jaime Sabines 2009.

Casa en el bosque es el antecedente de Casa en el viento, poema que puede consultarse, if case, en alguna anterior entrada de este blog. Ambos textos podrían leerse como poemas consecuentes y complementarios.

Por otro lado, para consultar los magníficos contenidos de esta revista, sólo accede al link:

http://www.luvina.com.mx/luvina.html


Sea de su interés.

Casa en el bosque (Illud Tempus), de Claudia Posadas


Era el tiempo en que el mundo no había cubierto nuestros ojos con su bruma,
y los frutos del reino estaban al alcance de estas manos
cuya línea del corazón aún no era la herida;
era un jardín secreto que para nosotros era un bosque,
y era también el sol de los veranos reflejándose en nuestros gritos de alegría,
en nuestras rondas eternas y veloces como abandono al giro de la Tierra.

Era un asomarse a la fontana en medio del jardín,
y mirar el deshacerse de un rostro puro en la confusión de las aguas;
era abandonar el rostro y perseguir a quien lanzó el guijarro como un naciente deseo
de caos
y ya no ver,
al fondo de la claridad,
la reverberación de un astro mínimo llamándonos.

Era el conjurar con un soplo a los invertebrados monstruos,
su amenaza de aguijones,
su húmedo arrastrarse y los innumerables ojos observándonos;
era exorcizar la emanación de las hierbas venenosas
y el hambre de las aves que devoraban nuestros caminos de pan
con sortilegios que sólo nosotros conocíamos,
porque los habíamos aprendido al oír entre las grietas de los árboles.

Y era la habitación de la casa natal donde el silencio de una pequeña lámpara
en la mesa de noche,
alejaba la penumbra del sueño;
el recinto donde yo escondía el cofre en que guardaba los minúsculos tesoros,
el reloj de arena,
los mapas de los países fantásticos,
el prisma con que era observado el cielo…

La estancia donde levanté castillos y pequeñas casas con precarios andamiajes,
e iluminé con tinta aurífica los trazos del cuaderno secreto.

En donde mirábamos fugarse, a través de la ventana,
y en la víspera de aquellas noches de magias y prodigios
(inicial misterio para abrir el corazón a otros misterios),
esferas y cometas llevando en su cauda nuestros mensajes para el infinito.

Pero también, en esa casa del bautismo,
eran los murmullos tras la puerta al final del corredor,
los llantos en medio de la noche,
y sobre todo aquel sesgo en el mirar de los otros,
los nacidos en la misma entraña,
en el cual se iban fraguando los juicios que buscarían condenarme,
y los primeros quiebres de un odio que venía de lejos,
de voluntades ya sin nombre consumidas en el dolor de antiguas derrotas.

El duelo, el llanto, el murmurar un magma cuyas causas y furias habían traspasado las eras para urdir,
silenciosa y obstinadamente, como una araña inmortal y mortífera,
un hilar que se fue ovillando hasta perder su trama y ser una espesura,
la mortaja que por siempre debería confinar a los marcados por su viejo sino.

Y para cumplir la venganza de esta ira,
su urdimbre me fue impuesta como una fatalidad,
pues al igual que a sus hijos,
tenía que demoler mi resistencia y convertirse en el fundamento de mis actos.

Faltaban muchos años para que yo pudiese deshilarla y cortar de tajo su espesor.

Pero también me pertenecía aquel reino en el que alguna vez la blancura de un rosal
se desprendió de su más bella flor espirilada
como una ofrenda concedida a mi contemplación.

Pero también era para mí la piedra de la suerte que hallé en su escondite de hojas secas,
y en la cual los reflejos del sol eran señales que auspiciaban
la cercanía a la casa abandonada hacía tiempo;
también era para mí el sosiego en el murmullo nocturno de los grillos guardianes,
la casa de madera esperándonos en la hondura de ese bosque nuestro
para protegernos de la lluvia y toda vastedad que nos pareciera temible.

Entrar a su paisaje enrarecido en que sólo yo pude columbrar a un ser de transparencia
ondulando, con sus formas invisibles, los destellos del sol en el polvo,
y que me observaba con devastadora tristeza.

Entrar, y refugiarse de la noche persiguiéndonos,
y encender la estancia con luciérnagas que habíamos logrado capturar en nuestras redes.

En ocasiones, sin que nadie me viese,
me guardaba en esa vieja casa de un maligno serpentear augurándome el horror de la noche
y cuyo abismo,
del que solía despertarme con un golpe en el pecho aunque nadie estuviera en mi habitación,
se cumplía inevitablemente en el sueño.

También, me escondía de las voces al fondo del pasillo y de la ira incomprensible
que me ahogaba en la casa natal.

Otras veces me oculté de las trampas tendidas por las pequeñas sombras de los otros,
los iguales,
sombras comenzando a urdirse, como la propia,
en la costumbre indiscutible de toda ruindad añeja,
sombras como incipientes crueldades,
aquellas minúsculas erinias encarnándose en nuestras blandas materias,
y forjando la raíz del daño.

Imposible detenerlas,
a cada gesto de su herida avanzaba su maduración sin que nos diésemos cuenta,
al igual que las hiedras del jardín extendiéndose por ese espacio que,
tampoco lo sabíamos,
sería nuestro único y verdadero reino.

Así, al interior de aquella estancia,
transcurrían algunas tardes hasta escuchar el toque de ànimes
con que solían llamarnos de regreso a casa,
mientras miraba largamente caer la arena del reloj,
y esperaba el astro del crepúsculo para medir con mi cristal su distancia a mi corazón.

Y de nuevo encerrarme en el ahogo y el combate con las sombras que mi lámpara custodia no podía exorcizar;
entonces aguardaba la estrella salvadora del Alba cuya luz, en ocasiones,
era el resplandor en el sueño que emanaba de una Ciudad de Oro en las alturas,
o del caer de la arena aurífera en la casa del bosque.

Sin embargo llegó el día en que un extraño y profundo abandono vino con el Alba
(aunque también recordar que esa primera luz otorgó una incandescencia a la rosa concedida en el jardín
y que desde entonces velaba mi sueño),
el día en que las aguas de la fuente comenzaron a ser un estancamiento,
y la línea en nuestras manos la hendidura.

El caos ya no fue la pequeña roca lanzada en ese aljibe,
sino la sombra creciendo a nuestra espalda.

(Muy pronto caería la ciudad celeste como un túmulo sobre la tierra; comenzaría nuestro largo retorno hacia el cauterio…).

Como último conjuro,
quise iluminar la amada casa de la hondura para habitarla por siempre,
y enterré en su espacio el reloj deseando que su arena fuese el oro que relumbrare mi refugio,
no sin antes haber roto alguna de sus cápsulas para guardarme un puñado de ese polvo.

Sin embargo los insectos y la hiedra horadaron el jardín y la casa abandonada hasta el derrumbe
(jamás encontraría el reloj de arena en los escombros),
y el toque de ànimes no fue más la llamada a la que creía era la casa de la infancia
(me restaban muchos años para darme cuenta que nunca lo fue),
sino un largo,
triste
doblar del campanario.

viernes, 5 de marzo de 2010

Segundo reporte de poetas chilenos desde México



Se tienen noticias de poetas de regiones con afectación: Concepción, Talca, Temuco
Reportan con bien a Gonzalo Rojas, de Chillán, zona afectada

· Poetas de Santiago abren campaña para recaudar fondos
· El reconocido poeta de concepción, maestro Omar Lara, se encontraba en México el día del terremoto
· Delegación de autores chilenos varada en México ha retornado a su país
· Casa de Neruda en costa de Isla Negra, sin novedad.
· En México autoridades desconocen daño real de Murales de Siqueiros y Guerrero en Chillán. Se agradecen testimonios.


México, D.F., a 5 de marzo de 2010, Púlsar Comunicación Cultural.- Gonzalo Rojas, uno de los poetas más importantes de Chile y Premio Internacional de Poesía y Ensayo Octavio Paz 1998 es reportado con bien por la escritora y ensayista mexicana Fabienne Bradu. Rojas habita en Chillán, una de las regiones del sur de Chile afectadas por el terremoto que asoló a dicho país hace una semana y que, de acuerdo con el testimonio de Rojas, lentamente recupera la normalidad en términos de servicios públicos y abastecimiento.

También, se han tenido noticias positivas de autores que habitan las regiones sureñas afectadas y en Santiago, región metropolitana, un grupo de importantes escritores han iniciado una campaña de recaudación de fondos con la que se busca adquirir productos básicos para ser enviados a las zonas de desastre, a través de la Cruz Roja chilena. Encabezada por el destacado poeta de origen mapuche y perteneciente a la llamada “Generación de los 90”, Luis Jaime Huenún, esta comisión está conformada por los poetas santiaguiños Elvira Hernández, autora del emblemático libro La bandera de Chile, escrito y difundido durante la dictadura, Maribel Mora Curriao, Elias Hienam, Alejandra de Río y Oscar Saavedra, este último, poeta y coordinador del megaproyecto “Descentralización”, que ha promovido la poesía de regiones a lo largo de más de dos años de trabajo.

Saavedra reporta con bien a diversos autores del interior del país. De Concepción da buenas noticias de los poetas Cristian Lagos, Tulio Mendoza, Damsi Figueroa, Jorge Cid, quien estaba en Francia junto con su madre en el momento del seísmo, Bárbara Calderón, Ingrid Oldgers, y Rosy Saez. Asimismo, y con base en la información proporcionada por Sebastián Teillier, hijo del llorado poeta chileno Jorge Teillier y nieto de la escritora Matilde Ladrón de Guevara, se notifica con bien tanto él como la familia Teillier Arredondo, que habita en esta ciudad y en Temuco. También, de esa ciudad, según el poeta de Santiago, Camilo Bodsky, quien se reporta con bien, hay noticias favorables de Alexis Figueroa, Juan Herrera y Ricardo Espinaza.

Por otra parte, el reconocido poeta Omar Lara, de Concepción, se encontraba en la ciudad de México el día del siniestro. Hasta el martes 2 de marzo, se le podía ubicar en su hotel en esta ciudad capital.

De Talca, una de las regiones con mayor afectación, Óscar Saavedra reporta con bien a Silvia Rodriguez y Eduardo Leyton. De Rancagua, reporta sano y salvo a Rodrigo Véliz; de Tomé, a Egor Mardones; en Valdivia no reporta mayores daños y novedades; de Chillán, notifica con bien a Milton Leiva, Arnaldo Donoso, Alejandra Contreras y Santiago Bonhomme.

De esta última población, Chillán, las autoridades culturales mexicanas no tiene noticias exactas del grado de afectación de los murales Muerte al invasor, de David Alfaro Siqueiros, y De Chile a México, de Xavier Guerrero. Ambos murales, datados en 1942, en los tiempos de la cancillería en México de Pablo Neruda y pintados en la Escuela México, en Chillán, han sido reportados como dañados, sin que a la fecha, las autoridades de México hayan realizado un informe exacto de su estado argumentando carencia de datos. La misma suerte corre el mural Presencia de América Latina, de Jorge González Camarena, ubicado en la Universidad de Concepción. Cualquier testimonio gráfico se agradecería.

De Santiago de Chile se sigue teniendo un número mayor de autores notificados con bien. Además de los autores que conforman la comisión para recaudar fondos de ayuda, se tienen noticias de Ximena Troncoso, poeta y jefa de Difusión y Relaciones Públicas de la Sociedad de Escritores de Chile; de Marcelo Montecinos, editor de La Calabaza del Diablo; de Brodsky, como se dijo, quien además reporta a David Bustos y Leonardo Sanhueza; de Manuel Araneda; de Soledad Fariña y Malú Urriola, reportadas por Óscar Saavedra; de Marcela Saldaño; del maestro Manuel Silva Acevedo, quien a su vez reporta a Rosabetty Muñoz, al maestro Floridor Pérez, y a Juan Cameron, de Valparaíso. De esta última ciudad, se notifica con bien al poeta Eduardo Jeria.

A su vez, Raúl Zurita, Carmen Berenguer, José María Memet, Diamela Eltit, y Elicura Chihuilaf, parte de la delegación de escritores participante en el encuentro “Algún día en cualquier parte”, organizado por la cancillería de Chile en México, La Feria internacional del Palacio de Minería y la Universidad Veracruzana en el contexto de las celebraciones del bicentenario de las gestas independistas en América, realizado del 21 al 26 de febrero en Ciudad de México y en Veracruz, han podido abandonar México, donde se encontraban varados desde la semana pasada, y han podido regresar a Chile o se encuentran en tránsito como el caso de Zurita y Memet, respectivamente, quienes habían partido al extranjero antes que sus compañeros a cumplir compromisos de trabajo en Londres y Costa Rica.

Asimismo, la costa de Isla Negra, donde se encuentra ubicada una de las más hermosas casas de pablo Neruda, no reporta mayores afectaciones. La Casa Museo se encuentra cerrada hasta que se restablezcan los servicios públicos como agua potable.

Mientras, la comisión autogestiva en Santiago encargada de recabar fondos de ayuda, solicita que los donativos se concentren en la cuenta de ahorro número 64160777530 del Banco Estado de Chile, a nombre de Jaime Luis Huenún Villa con cédula de identidad número 11.424.747-2.

La campaña, lanzada el 5 de marzo, durará siete días y con lo que se junte se comprarán alimentos, útiles de aseo, frazadas, medicamentos, ropa de invierno, en especial para los niños sobrevivientes de Constitución, Cunaripe, Talcahuano y Talca, entre otros pueblos y ciudades arrasadas por el maremoto.

Hasta el momento, a una semana de acaecido el terremoto que destruyó el sur de Chile, el sur de los poetas, estos son los autores de los que se tiene noticia pero se espera que en las próximas horas crezca el número de reportes de los miembros de la comunidad poética chilena, en especial de quienes habitan en el sur, para dar cuenta de su bienestar. Para este fin por favor escribir a Luis Martínez: osol301@yahoo.es o a Púlsar Comunicación Cultural México: pulsarcom@prodigy.net.mx

Fotografía: aspecto de los murales Muerte al invasor, de David Alfaro Siqueiros, y De Chile a México, de Xavier Guerrero, en la Escuela México, en Chillán. Púlsar Comunicación Cultural, 2008.

domingo, 28 de febrero de 2010

Reporte de poetas chilenos desde México


México, D.F., a 28 de febrero de 2010, Púlsar Comunicación Cultural.- “¡Mis padres y mi hermana están vivos!, fueron las palabras del poeta chileno avecindado en México, Mario Meléndez, quien afortunadamente pudo contactar con su familia en Talca, una de las regiones más afectadas por el terremoto de 8.9 grados que asoló Chile el pasado 26 de febrero, apenas unas horas de sucedido el siniestro.

También fueron las palabras que indicaron la magnitud del sismo que conforme ha pasado el tiempo, se ha revelado. Este testimonio es de los pocos con los que se cuenta de la comunidad poética y sus familias que habitan el Sur chileno. Hasta el momento, 19:00 horas en la ciudad de México, se ha tenido noticia de autores que habitan la región del Centro, en Santiago, Valparaíso y Viña del Mar, pero no de la comunidad de Concepción, Valdivia, Temuco, la costa, se espera que por comprensibles razones de comunicación y suministro de energía.

Por otra parte, Raúl Zurita, Carmen Berenguer, José María Memet, Diamela Eltit, y Elicura Chihuilaf, parte de la delegación de poetas y narradores chilenos participantes en el encuentro “Algún día en cualquier parte”, organizado por la cancillería de Chile en México, La Feria internacional del Palacio de Minería y la Universidad Veracruzana en el contexto de las celebraciones del bicentenario de las gestas independistas en América, realizado del 21 al 26 de febrero en Ciudad de México y en Veracruz, han contactado a sus respectivas familias y constatado que se encuentran bien.

Asimismo, estos autores se encuentran ya en el Distrito Federal, capital mexicana, esperando que se normalice el tráfico aéreo hacia Chile, para poder regresar a su país y encontrarse con los suyos. De estos escritores destaca el testimonio de Chihuailaf, quien afortunadamente pudo comunicarse con su familia en Temuco, otro de los poblados afectados del sur chileno.

De Valparaíso han notificado que están bien, junto con sus familiares, el poeta y crítico Ismael Gavilán, y los poetas América Merino, Valeria Osses y Darío Prieto, éste último director del Bar La Playa que noche a noche acoge a los poetas para que expresen su voz.

De Santiago, se han reportado o se ha tenido contacto con Tomás Harris y Teresa Calderón, el maestro Jaime Quezada quien, en un testimonio conmovedor, afirma: “Pareció la hora final del mundo”. También se ha tenido noticias de los poetas Pablo Paredes, Germán Carrasco, Ángel Valdebenito Verdugo, Trini Guzmán y Julio Espinosa, quien se encontraba en Santiago pasando la época de verano. Asimismo, se ha tenido reporte de la editora y comunicóloga María José Camblor, quien reporta que las instalaciones del FCE en Chile, donde labora, están bien, del músico y fotógrafo de Valparaíso Víctor Hugo Sepúlveda, quien se encuentra en Nepal, pero constató que su familia está con bien, y del editor de Letra S5, Luis Martínez, quien no reporta daños mayores en la clínica de Las Condes, donde trabaja.

Hasta el momento estos son los autores de los que se tiene noticia pero se espera que en las próximas horas crezca el número de reportes de los miembros de la comunidad poética chilena, en especial de quienes habitan en el sur, para dar cuenta de su bienestar. Para este fin por favor escribir a Luis Martínez: osol301@yahoo.es o a Púlsar Comunicación Cultural México: cposadas@prodigy.net.mx

*

Foto: Mesa de poesía del Festival "“Algún día en cualquier parte”. De izquierda a derecha, José María Memet, Eduardo Casar, Hernán Lavín Cerda, Juan Bañuelos, Elicura Chihuailaf y Vicente Quirarte.


miércoles, 17 de febrero de 2010

Casa en el viento en Punto de Partida

Este poema de Claudia Posadas (Premio Internacional de Poesía Jaime Sabines 2009), fue editado en 2009 en la revista universitaria Punto de Partida núm. 157, Nueva Época, en la sección “Árbol Genealógico”, en la que se publican textos de autores cuyas trayectorias iniciaron, en cierta medida, en las páginas de esta revista. Esta ocasión tocó el turno a la autora quien, a decir de la editora de la revista, Carmina Estrada, "habiendo ganado el premio de poesía de esta revista en 1997, recorre con paso firme su camino en las letras mexicanas y acumula ya diversas publicaciones y reconocimientos. Posadas regresa a Punto de partida con el poema “Casa en el viento”, que ocupa nuestro Árbol Genealógico y es, en coincidencia con el ánimo de esta sección, su regalo a las nuevas generaciones de escritores y lectores."

La presente es la versión actualizada y corregida de dicho poema.

Al calce, el link de la edición electrónica de "Punto de Partida", que incluye este texto.


Casa en el viento

Una ventana a mitad de la espesura,
lo recordado en la noche de sombras hirientes.


(Evocar la casa en el bosque al final de la espesura,
aquella donde aguarda tu heredad
y en la que un rostro, más allá de la niebla,
te miraba con una tristeza incomprensible para ti aunque perturbara tu corazón;
un rostro cuyo desconsuelo
—pero tú no lo sabías—,
era el de quien conoce la herida esperándote en algún lugar del camino
).


Una ventana lo que se guarda solamente de todo aquello reducido a polvo,
sofocamiento, colapso de lo que se creía la casa de la sangre
una ventana,
quizá la única pertenencia verdadera
porque fue la primera noción de inmensidad
(la más íntima y poderosa),
la promesa del mundo.


Por ese espacio vivo,
liminar escenario de la materia y la luz,
se fue consumiendo la rotación de los días:
en verano, el vapor de la lluvia al disolverse en la techumbre,
las espirales de hojas secas del otoño,
nubes como espíritus salvajes de los aires,
luces de la ciudad aglomerándose en murmullos creciendo-decreciendo,
el frío incandescente del haz lunar.


El cielo, en ocasiones, era el espejo reflejando la edad de la pureza
en el que solitarios cometas se perdían como niños arrojados al viento
(el deseo de tripular la cauda),
o donde mínimas esferas, en la víspera de aquellas noches de magia de los primeros años
(inicial misterio para abrir el corazón a otros misterios),
eran lanzadas a los aires como pequeños satélites que llevasen nuevas de este mundo a otros mundos
(el deseo de enviar una palabra, la música, el pensamiento…)




Y alguna vez, consumada la unión entre el fuego solar y las separaciones de vientos contrarios,

La Fata Morgana
La Ciudad Celeste
(sus ejércitos sidéreos custodiando la Rosa Coronada)
el espejismo desde una ventana del sueño...


Todo era una fuerza prodigándose a través del ventanal,
pero por sobre todas las cosas,
el oro de la tarde.


Y el cielo y el viento como el reino prometido
aunque en el cumplimiento de los años
y de esas fatalidades anunciadas por quietudes repentinas del paisaje,
por retrocesos de las aguas augurándonos Tsunami,
la ventana de la casa natal se tornó una costumbre,
el resquicio por el que se fugó la promesa.


La ventana como un respiradero mínimo en lo alto de los muros,
la ventana como evidencia de la cárcel, de la asfixia
y respirar era imposible
cercado el aspirar por el odio que aún horada a los muertos de esa casa.


Y sin embargo también fue la hondura de luz,
el argumento del escape.

Pero hoy es lo que resta del naufragio de la casa cuyo principio y fin era el derrumbe,
sostenerse en el espacio que se abisma.

Y al perder el andamiaje de una casa,
qué sentido tiene lo habitado y dicho en esa entraña,
o es que todo fue un mal sueño,
una deformación de los deseos de luz y de mundo,
la trama de una conciencia ajena,
o un desafío más en los que debe templarse el espíritu.


Dónde quedó la pureza,
acaso una mentira su pequeño, pero inolvidable gozo,
qué fue de sus objetos amados,
el caer de la arena de un reloj,
los insectos de luz orbitando alrededor del asombro,
el cuaderno de los primeros signos que no pueden recordarse.


(Evocar el fuego de una casa donde nadie vivía,
una casa a lo lejos de la noche y del bosque;
también, la vaga iridiscencia de una piedra de la suerte
...)


Qué fue de la inmanente pertenencia al reino,
o es que la pureza y lo vivido existen en la ausencia
o en el espejo extraviado en memorias que no sucedieron.

Será posible mantener el temple sin los hábitos de una costumbre
y sin historia,
porque la historia misma es la negación de la voluntad construida;
cómo arrancarme la angustia de encarar en sueño a los muertos,
cómo alejar esa furia que atraviesa la noche
y que en el día invade mis actos como un llanto,
una potencia indomeñable.

Y de nuevo hallarme en medio del bosque y las hilarantes sombras
y sin mi piedra de la suerte;
no saber el camino a casa porque pájaros oscuros se hayan comido el rastro que me llevaría de regreso,
o es que a lo mejor no hay un camino porque no supe trazarlo
estancada en la trinchera de impotencia con que defendí mi índole-mis llamas
de esos muertos deformados en el hervir de su miedo.

O quizá dibujé el camino en el mapa que até en las caudas del cometa y de la esfera,
y que ahora son lejanos puntos de luz errando en el infinito.


Alcanzar la cauda y tal vez recuperar el mapa,
y descifrar la ruta a la casa del bosque
o el conjuro de un retorno sin duelo ni furia a la casa del odio.


(Alguien enciende un fuego en la casa a orillas del lago;
el haz del incendio, como un desborde atravesando puertas y ventanas,
alumbra el camino
…)


Alcanzar la esfera y el cometa y ser como esos niños perdidos en el viento,
con su sola libertad y su tristeza
desafiando el vacío inmenso.



Punto de Partida - Casa en el viento - Claudia Posadas

lunes, 4 de enero de 2010

Entregan Premio Internacional de Poesía Jaime Sabines a Claudia Posadas



En el marco de la clausura del 3er. Festival Internacional de Letras Jaime Sabines
Otorgó Coneculta el Premio Internacional de Poesía Jaime Sabines 2009

Instituto de Comunicación Social del Gobierno del Estado de Chiapas, Chiapa de Corzo, 12 de diciembre de 2009, Boletín 0049.- La noche del pasado viernes 11 de diciembre de 2009, el Ex Convento de Santo Domingo de Chiapa de Corzo, se vistió de gala para la ceremonia de entrega del Premio Internacional de Poesía Jaime Sabines 2009 a la poeta Claudia Posadas Mendoza, en el marco de la clausura del 3er. Festival Internacional de Letras Jaime Sabines.

Este premio fue entregado por Juana María Velazco Hernández, Subsecretaria de Educación y representante personal del Gobernador del Estado, Lic. Juan Sabines Guerrero, quien estuvo acompañada por Guadalupe de la Cruz Palacios, Directora General del Consejo Estatal para las Culturas y las Artes de Chiapas (Coneculta).

De acuerdo con el acta del Jurado, integrado por Kyra Galván, José Vicente Anaya y Mario Bojórquez, “por su alto nivel de lenguaje y contenido poéticos que se distinguen principalmente por su sesgo filosófico que contribuye al discurso de la poesía moderna”, Claudia Posadas Mendoza fue declarada como ganadora del Premio Internacional de Poesía Jaime Sabines 2009, por su obra Liber Scivias.

Juana María Velazco, manifestó que para el gobierno del estado es muy importante la entrega de este premio ya que se ha vuelto una tradición literaria en Chiapas y es entregado con el reconocimiento de todos los chiapanecos.

Por su parte, Guadalupe de la Cruz expresó que el pueblo de Chiapas debe sentirse orgulloso por haber sido cuna del poeta mayor, Jaime Sabines, que acerco la poesía al pueblo y que lo sigue haciendo con la gran cantidad de lectores que tienen sus poemas principalmente dentro de la juventud.

Así mismo, la poeta ganadora, Claudia Posadas Mendoza agradeció a la figura y obra del poeta chiapaneco Jaime Sabines, pues su poesía está llena de dignidad y honradez y ha sido una gran influencia para muchos poetas mexicanos y extranjeros. La ganadora recordó una lectura de poemas que realizó el poeta mayor en el Palacio de Bellas Artes y orgullosa mostró a todos los asistentes un libro firmado por Jaime Sabines, el cual le dedicó a ella en esa ocasión.

Claudia Posadas extendió su agradecimiento a familiares y amigos y en especial al Coneculta-Chiapas, por el apoyo que brindan a los literatos, posteriormente concluyó con la lectura de algunos fragmentos del poemario ganador, Liber Scivias.

El premio consistió en un reconocimiento económico de 100 mil pesos (aproximadamente 9 mil dólares) y un diploma conmemorativo.

El evento estuvo engalanado con la participación de la soprano Blanca Ruth Esponda, acompañada por la Marimba Orquesta Claro de Luna.

Para mayor información consultar el link:

http://www.comunicacion.chiapas.gob.mx/documento.php?id=20091212085711