Poesía, poetas y poéticas

Porque la poesía, como la Diosa, desde el misterio adviene y al misterio va...








sábado, 28 de julio de 2012





Termina la pieza. Christine se incorpora a su atril. La Sibil.la dice, en solo.


Texto: Montsalvat, de C. Posadas.

Sibil.la:

Haber llegado a ti, Montsalvat,

estrella esplendente de las cimas,

más allá de los caminos del bosque


Christine:

                                                                                          más allá de la niebla,

Sibil.la:

Monserrate;                                                                  

Christine:


más allá del monasterio y la música,

Sibil.la:

Montserrat,

Christine:

más allá de la hoguera y tu oppidum,

Sibil.la:

Montsegur,

Comienzan tambores, en obstinatio, como si acompañaran un peregrinar. Sucesiva a la última palabra de la Sibil.la, el Coro de Los Espíritus Antiguos dice, al ritmo del tambor:

Coro de Los Espíritus Antiguos:
                                                                                                                
Montsalvat…

Continúan los tambores en obstinatio. La Sibil.la dice:


Sibil.la:

Haber llegado a ti con el aura almendrando la sustancia,

con el aura en las arterias,

con el Aura,

después del errar sin asidero

más que tus ráfagas como criaturas elusivas de las aguas

o del Alba                                   o del final de la Vespra;

rendir el blasón ante los pies de tu Armonía Radiante,

conmoverse ante el calado en tu blanca piedra tornasol,

la balaustra en crestería exquisita circundándote,

sus engarces,

trenzaduras;

sostener el espíritu al igual que tu grandeza se sostiene, Montsalvat,

Simultáneamente a la última palabra de la Sibil.la, el Coro de Los Espíritus Antiguos dice, al ritmo del tambor:

Coro de Los Espíritus Antiguos:
                                                                                                                   
Montsalvat…

Continúa la Sibil. la:

en arbotantes uniendo el tallo de tu frontis

con las torres en las cuales las campanas se regocijan en el Ángelus.


Comienza la siguiente pieza. Continúan también los tambores, con ritmo acorde a la pieza y los versos.

Pieza: Imperayritz de la Ciutat Joyosa….… Llibre Vermell de Monserrat, anónimo, S. XIV.


Christine:

Entrar a tu misterio por el Pórtico de la Templanza abierto a la andadura,

inclinarse ante la Emperatriz de la Rosa Ascendente

esculpida en el parteluz dividiendo tu arco principal;

entrar a tu Alcazaba,

al corazón-corona de la Torre de Homenaje.

Sibil.la: 

Perderse en la inmensidad cóncava de tu nave en que respira el silencio apenumbrado por el fulgor de tus vitrales;

perderse en la urdimbre de tus bóvedas nervadas,

el vaivén de crucería extendiéndose y lazándose

en nacientes floraciones unidas en el centro en arandelas.

La Sibil.la y Christine dialogan. Lo marcado en negro es dicho por la Sibil.la:

Christine y la Sibil.la:


Ir hacia tu Ara,

caminar por tu rosa inmaterial,

y salvar los arcos que delinean tus columnas perfiladas por pilastras

donde nacen los nervios florecientes de tus bóvedas,

aunque algunos arcos y pilares broten de las ménsulas de ángeles músicos:

el que toca las cuerdas de su Arpa,

                                                           ou La Vièle à Archete,

                                                                                              ou Le Rebec;
los gemelos rotando L´organistrum,

el laudista,

el que alienta su flauta melancólica.

Termina la pieza y continúa el ritmo de tambor, en obstinatio.

Sibil.la:

Avanzar sobre tu planta, Montsalvat,

Simultáneamente a la última palabra de la Sibil.la, el Coro de Los Espíritus Antiguos dice, al ritmo del tambor:

Coro de Los Espíritus Antiguos:
                                                                                                              
Montsalvat…
Continúa la Sibil. la:


y asombrarse ante la justa simetría de tus alturas:

a tus costados, y en las arcadas a lo largo de tu espacio,

los tímpanos sobre las cuales se despliega,

como un encaje de roca entrelazando corolas y brotes de vid,

el triforio sobre el cual,

a su vez,

descansa el claristorio,

aquel múltiple abanico de cristales engarzados con miríadas de pequeñas y esmaltadas joyas,

esmeraldas, ópalos, granates.

Christine:

Llegar, finalmente,

Montsalvat,

Simultáneamente a la última palabra de Christine, el Coro de Los Espíritus Antiguos repite varias veces. murmurando, al ritmo del tambor:

Coro de Los Espíritus Antiguos:
                                                                                                             
Montsalvat…
Continúa Christine:

con el Aura como un manto almendrado,

a la rosa mística del antipendium,

la impecable talla de su reverberación y su blancura.

La Sibil.la entra al escenario. Toma la rosa del cáliz. Comienza a consagrarla a las cuatro direcciones sagradas rotando y ofrendándolo según la dirección: Sur, occidente, norte y oriente. Según la orientación en que se encuentren personajes y público, lo ofrenda al Coro de Los Espíritus antiguos y al público. Conforme esto ocurre, Christine dice:

Christine:

Entregarse a tu Araceli,

imponer la frente, los oídos, en su marmórea piedra,

escuchar con asombro tu latir.


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