Christine de Tolosa a punto de ser
ejecutada con la cuerda roja que simboliza la horca y la sangre.
Sibil.la:
Los inquisidores ofrendan su
copa a sus demonios,
su dictum se ha pronunciado:
Tuez-les tous, Dieu reconnaîtra les siens ! ...
(Matadlos a todos, que Dios reconocerá a los suyos).
Caen mis médulas, y lo que resta
de mis labios clama el Consuelo;
nuestra pregària se leva sutil, pero hermosa y triunfante, como un soplo de
duduk,
como un murmurar de viento
acallando el redoble del juicio…
Se
elevan los tambores y el planctus. Christine toma, con el terror de
quien va a ser ejecutado, una cuerda
roja del Altar-cadalso.
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