Reminiscencia
Un portal
oculto.
Al tiempo le faltan lugares por descubrir.
Me quedan algunas piezas. Sólo destellos fragmentados.
El follaje en la altura. Filtro. Refulgencia solar.
Fronda.
Donde los verdes son recatados,
se cubren con aterciopelada discreción.
Palpita en mí esta verdad animal.
Sé de un bosque donde nunca enferma el silencio.
No existe el lenguaje.
En su lugar está, la paz húmeda que lo cubre todo.
Se precipita el viento entre arborescentes caricias,
avivando crujiente alboroto en la hojarasca de fuego.
Colosales piedras albinas duermen junto al río.
Están hechas de silencios antiguos.
En herméticos sueños celebran, solemnes, la ligereza del polvo cósmico.
Pesadez áspera de un lento baile.
Credo
Al sur de mi corazón: el tango.
Creo en la precisión de mis tacones dibujando garabatos.
Creo en los brazos de un hombre que ha comprendido el secreto del tango.
Creo en el destello fugaz de las miradas.
Creo en la pulcra belleza de la técnica.
Creo en el vértigo de una milonga bailada con pasión contenida.
Tango,
en tu cuerpo habita una nostalgia nocturna.
La más altiva.
Invierno
Todos los grises habitan dentro de ti.
Mis dedos entumecidos buscan a tientas.
En vano intentan atrapar
a un sigiloso gris, suave, casi invisible.
Es descaradamente fresca la libertad.
Libertad que penetra con sus aires de infinito desierto gélido.
Los humanos son rubíes palpitando entre la nieve.
¿Por qué no puedo evitar quebrar la escarcha?
Hipnótico arrebato.
Pequeño y secreto éxtasis frente a cascadas de fracturas cristalinas .
El hielo más puro es blanco.
Tan blanco que azulea.
No hay comentarios:
Publicar un comentario